Nos llegaron las siguientes consultas:
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¿Cómo tener
mejor comunicación?
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Consejos para mantener una buena comunicación
entre el grupo.
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¿Cómo puedo
entablar conexión o comunicación para ponerme de acuerdo con músicos tóxicos?
No me atrevo a decir que hay evidencia científica para esto, pero parece que las personas suben su nivel de susceptibilidad emocional al 100 apenas ponen un pie en la iglesia, por lo que los líderes hacen bien en preguntarse cómo comunicarse efectivamente con los miembros del equipo de alabanza, de modo que puedan influir positivamente sobre su comportamiento y alcanzar los objetivos propuestos, todo esto sin herir a un hermano y acabar siendo piedra de tropiezo, el cual creo que es el temor subyacente en la pregunta.
La comunicación
efectiva se puede volver sumamente difícil cuando se trata de confrontar a los
miembros con desempeño pobre o cuando hay que darle apertura al conflicto y el
debate. ¿Cómo, entonces, se facilita la comunicación entre los miembros de un
equipo para alcanzar mejores resultados y evitar conflictos interpersonales?
“Si
quieres recoger miel, no des puntapiés a la colmena” -Dale Carnegie.
El autor de esta frase
es experto en relaciones interpersonales, y en su famoso libro “Cómo ganar
amigos e influir en los demás” presenta, entre otras, las siguientes técnicas
para tratar, agradar y liderar a los demás, que nos pueden servir de pauta
general para luego hablar de técnicas de comunicación en específico. Veremos
que la Biblia respalda muchos sino todos los consejos presentados a
continuación.
-No critique, no condene ni se queje.
Ningún hombre se
considera malo, casi siempre está listo para justificar sus errores aunque esté
listo para criticar duramente a los demás. Las críticas son peligrosas porque
lastiman el orgullo, bajan la autoestima y causan resentimiento, y por si fuera
poco, las críticas son inútiles: no provocan cambios duraderos sino que ponen
al criticado a la defensiva y listo para justificarse. Cualquiera puede
criticar, censurar y quejarse, pero se necesita carácter y dominio de sí mismo
para ser comprensivo y capaz de perdonar. En lugar de condenar a la gente,
intenta comprenderla. (Santiago 5:9; Mateo 7:1-5; Gálatas 5:15)
-Demuestre aprecio honrado y sincero
Todas las personas
quieren sentirse importantes y cada uno satisface su deseo de ser “alguien” de
una forma diferente, así que haz al otro sentirse importante. No se trata de
lisonjas falsas, esas son de por sí dañinas (Proverbios 29:5). Se trata de reconocer
las fortalezas del otro y apreciarlas de forma sincera. Jesús mismo dio elogios
públicos a algunas personas. (Mateo 26:10; Lucas 7:9; Mateo 15:28; Lucas 21:3)
-Demuestre respeto por las opiniones ajenas.
Esto especialmente
cuando creemos que alguien está equivocado en su opinión. Cuando alguien se
equivoca, a veces lo admite para sus adentros y puede llegar a hacerlo incluso
ante los demás, pero nada de eso sucede cuando otra persona intenta meterle a
golpes la dolorosa vergüenza de que no tiene razón. Si quieres demostrar algo,
hazlo sutilmente, con tal destreza que nadie piense que lo estás haciendo.
-Si estás equivocado, admítelo rápida y enfáticamente.
Cuando alguien tiene
el valor de aceptar sus propios errores no sólo evita las actitudes defensivas
y los posibles conflictos, sino que muchas veces contribuye a resolver el
problema creado por el error. Además, como líder estarás dando la pauta para
que los demás aprendan humildad y perdón. (Proverbios 28:13)
-Empiece de forma amigable, con elogios y aprecio
sincero
Si hay que corregir a
alguien, es bueno empezar amablemente (y por qué no, seguir y acabar con
amabilidad). Así como el dentista usa anestesia antes del procedimiento y el
barbero aplica jabón antes de usar la navaja, comienza señalando algo positivo
antes de hacer llegar una crítica. De nuevo, se trata de evitar que la otra
parte le salga al encuentro con actitudes defensivas. Como dice el refrán, se
atrapan más moscas con una gota de miel que con un barril de hiel. (Proverbios
15:1,4; 12:18; Apocalipsis 2-3; Gálatas
6:1)
-Consiga que la otra persona diga sí, sí,
inmediatamente.
Evita que el otro diga
que no en un principio. Cuantos más síes puedas obtenerse desde el inicio,
mayores serán las probabilidades de captar la atención del otro para plantearle
la proposición final.
Haz preguntas que le
lleven a estar de acuerdo contigo por su propia cuenta, como:
¿Conoces los objetivos
del equipo?
¿Estás de acuerdo en
que son importantes para todos?
¿Sabes que tu contribución
es importante para el equipo?
Yo creo que eres
alguien capaz, ¿estás de acuerdo?
¿Cómo crees que lo has
hecho hoy?
¿Crees que puedes
hacerlo mejor la próxima semana?
-Llame indirectamente la atención sobre los errores de
los demás.
Para suavizar una
crítica no siempre basta con agregar un elogio previo que la amortigüe y muchas
veces, cuando se quiere modificar la actitud de alguien sin ofenderlo ni crear
resentimientos, una sola palabra puede marcar la diferencia entre el triunfo y el
fracaso. Note la diferencia en las siguientes frases:
“Te salió muy bien el
solo de la canción A, pero el de la
canción B estuvo a destiempo”
Vs.
“Te salió muy bien el
solo de la canción A, y si ensayas
con metrónomo para tocar al tiempo, el de la canción B te saldrá igual de
bien”
-Hable de sus propios errores antes de criticar los de
los demás
Es mucho más fácil
escuchar una lista de los propios defectos cuando el que la pronuncia comienza
por admitir con humildad que él también está lejos de la perfección. (Mateo
7:1-5)
-Haga preguntas en vez de dar órdenes.
Haz preguntas a
los demás sobre cómo consideran que debe hacerse algo y haz que sugieran sus
puntos de vista al respecto, para que luego ellos decidan su propia forma de
proceder y que vayan aprendiendo de sus propios errores. Hacer preguntas no
sólo hace que las órdenes resulten más aceptables, sino que con frecuencia
estimula la creatividad de la persona; además, es mucho más probable que la
gente acepte con gusto una orden si ha participado en el proceso de decisión
que la antecede. (Santiago 1:19)
-Permita que la otra persona salve su propio
prestigio.
No se debe desconocer
el valor que para cada uno tiene su propio prestigio, así que no critiquemos a
los demás en público, ni descubramos sus defectos o pisoteemos sus
sentimientos. (Mateo 18:15; Proverbios 25:9)
-Elogie el más pequeño progreso y, además, cada
progreso
Para modificar una
conducta, resultan mucho más efectivos los estímulos positivos que los
castigos, pero los elogios deben ser concretos y específicos para que se
vuelvan significativo y la otra persona lo reciba como sincero, no como algo
que le dicen sólo para hacerle sentir bien. En lugar de decir, “lo estás
haciendo muy bien”, puedes decir, “suenas cada vez más afinada; dirigiste muy
seguro hoy; la improvisación de ayer fue estupenda”, etc. (Apocalipsis 2-3).
-Atribuya
a la otra persona una buena reputación para que se interese en mantenerla
Si ayudas a
construirle a otra persona una excelente reputación, podrás apreciar los
enormes esfuerzos que hará para no desmentirla. (Proverbios 22:1)
-Aliente a la otra persona
Haga que los errores
parezcan fáciles de corregir. Si se le dice a un niño, a un empleado o a
cualquier persona que es estúpido o incapaz, que todo lo hace mal y que sus
defectos son incorregibles, se habrá destruido todo incentivo para que trate de
mejorar. Muéstrale, por el contrario, la forma fácil de hacer las cosas y tu
confianza en que puede mejorar, y verás cómo ella misma practicará con
entusiasmo hasta llegar a superarse.
Los consejos
anteriores pueden servir como un nuevo marco de pensamiento: nadie cambia solo
porque yo se lo diga, y mucho menos si lo humillo en el intento. Aplica para
todos los seres humanos, cristianos o no, y aunque de estos últimos se espera
una mejor respuesta ante la corrección (Proverbios 19:20; 10:17, etc), el
método de corregir no deja de ser importante para facilitar el cambio de
conducta y/o actitud.
LA COMUNICACIÓN ASERTIVA
Una vez entendido que
la comunicación debe ser apreciativa, es importante ser conocedores del
concepto de comunicación asertiva. Para un entendimiento más claro y amplio del
mismo puedes revisar este interesante artículo.
De acuerdo con la
Universidad de Warwick en el Reino Unido, la comunicación asertiva es ser capaz de decir lo que quieres decir,
cuando es el momento de decirlo y te sientes bien por hacerlo. Cuando respetas
tus propias necesidades y deseos, al igual que respetas los de las demás
personas.
Es el punto medio y de
equilibrio entre la agresividad y la pasividad.
La comunicación
agresiva se caracteriza por lastimar a las personas al culparlas, criticarlas y
juzgarlas sin empatía, usando el miedo y la intimidación como método para
imponer la voluntad u opinión personal. Por su parte, la comunicación pasiva es
cuando se deja de expresar las necesidades y defender las ideas propias y se
termina haciendo lo que otros dicen, incluso cuando no se está de acuerdo.
La comunicación
pasiva-agresiva se da, según Princeton University, cuando la comunicación
aunque aparece pasiva en la superficie, actúa sutilmente enojada. Trata de
controlar a los demás mediante el sarcasmo y la comunicación indirecta, o
evitando el diálogo. Puede que la persona se quede callada, sonría, aparente
cooperar, y niegue que algo le molesta. Sin embargo, su ira se manifiesta a
través del sarcasmo o de sabotear aquello o a aquellas personas que generan su
frustración.
La comunicación
asertiva es importante. Las relaciones de calidad se basan en una buena
comunicación, y una buena comunicación es sinónimo de asertividad. No se puede
dejar en segundo plano y es urgente que todos la aprendan, no solo los líderes
sino también el resto del equipo.
Veamos algunos
ejemplos de lo que es y lo que no es una comunicación asertiva:
Ejemplo #1
Comunicación
No Asertiva:
“Eres un incompetente,
siempre cometiendo los mismos errores”.
No es asertivo porque
juzga y generaliza.
Comunicación
Asertiva:
“Noté que en los
últimos 3 ensayos no trajiste las canciones aprendidas y esto nos ocasionó
retrasos. ¿lo habías notado?”
Es asertivo porque
habla de las acciones y su impacto, y valida preguntando.
Ejemplo #2
Comunicación
No Asertiva:
“Te veo con mala
actitud, deberías estar más comprometido”.
No es asertivo porque
generaliza y juzga.
Comunicación
Asertiva:
“Veo que en el último
mes has llegado tarde a 3 ensayos y a mí me gustaría que llegues puntual”.
Es asertivo porque es
específico y hace una solicitud en primera persona.
Ejemplo #3
Comunicación
No Asertiva:
“Tú me pones de mal
humor” (o hacer ignorar, hacer gestos de disgusto, hacer indirectas)
No es asertivo porque
culpa y se victimiza/envía mensajes poco claros.
Comunicación
Asertiva:
“Cuando en el día del
culto no haces lo que se acordó en el ensayo yo me siento molesto, porque me
toca improvisar en el momento y a veces no estoy listo para ello.”
Es asertivo porque se
hace responsable por sus emociones, es específico y habla de las acciones y su
impacto.
Ejemplo #4
Comunicación
No Asertiva:
“Es que tú me haces
sentir excluido”.
No es asertivo porque
culpa y se victimiza.
Comunicación
Asertiva:
“Cuando no me enviaste
la canción nueva para empezar a practicarla, yo me sentí excluido”.
Es asertivo porque se
hace responsable por sus emociones, es específico y habla de las acciones y su
impacto.
Ejemplo #5
Comunicación
No Asertiva:
“Es que tú nunca
escuchas y siempre quieres que se haga lo que tú dices”.
No es asertivo porque
juzga y generaliza.
Comunicación
Asertiva:
“Me parece que te
molestaste cuando Pedro propuso una idea diferente a la tuya ¿es así, tú cómo
lo ves?
Es asertivo porque
habla en primera persona, es específico, pregunta y valida.
El Centro de Salud
Integral del Gobierno de los Estados Unidos propone una técnica sencilla en la
que se estructuran los mensajes de forma asertiva siguiendo 4 pasos.
La técnica se llama XYZ* y los 4 pasos
son los siguientes:
X: Comunica lo que
sientes en primera persona.
Y: Específicas cuando
sucedió.
Z: Expresas cuál fue
el comportamiento específico del otro.
*: Realizas una
petición específica sobre lo que te gustaría, deseas o necesitas.
Ejemplo #6
X: Yo me sentí molesto
Y: Esta tarde
Z: Cuando me llamaste
irresponsable por llegar tarde
*: Y me gustaría que
me preguntaras por el motivo de mi tardanza antes de juzgarme.
Ejemplo #7
X: Yo me sentí
valorado
Y: Cuando me
felicitaste por haber cantado mejor
Z: Hoy al final del
culto
*: Y me gustaría que
me sigas haciendo saber cada vez que notas una mejoría.
Ejemplo #8
X: Yo me sentí
preocupado
Y: Hoy en la mañana
Z: Porque ya casi
empezaba el culto y tú no llegabas
*: Y me gustaría que
si te vas a demorar, nos avises para prepararnos.
Ejemplo #9
X: Yo me sentí apoyado
Y: Ayer en la reunión
Z: Cuando le dijiste a
los pastores que me has visto ensayando mucho
*: Y me gustaría que
sigas reconociendo mis esfuerzos cuando sea pertinente.
Ejemplo #10
X: Yo me sentí
irrespetado
Y: Ayer en la reunión
Z: Cuando me
interrumpiste mientras exponía mis ideas
*: Y me gustaría que
esperes a que yo termine de exponer antes de compartir lo que piensas
Ejemplo #11
X: Yo me sentí amado
Y: La semana pasada
Z: Cuando estaba
enfermo y estuvieron pendientes de mí
*: Y me gustaría que
lo sigan haciendo conmigo y los demás miembros del equipo
Para una lista
completa de técnicas y pasos para desarrollar asertividad, sigue este enlace.
Lic. Psicología.
Ministerios Ebeneezer Tegucigalpa.